7 preguntas para entender el emprendimiento social


1. ¿Qué es una empresa social?

Las empresas sociales son empresas cuyo fin primordial es resolver una necesidad social o medioambiental. Una empresa social usa los mecanismos propios de las empresas tradicionales para lograr un fin social. Su objetivo es generar beneficios para ser viables y lograr los objetivos sociales y medioambientales propuestos, pero no enriquecer a sus accionistas o socios.



La Comisión Europea define una empresa social como aquella cuyo objetivo primario es lograr impacto social más que generar beneficio para sus propietarios; que opera en el mercado a través de la producción de bienes y servicios de un modo emprendedor e innovador; que utiliza sus excedentes para alcanzar estos objetivos sociales; y que es gestionada de un modo responsable y transparente, involucrando a los trabajadores, clientes y grupos de interés afectados por su actividad empresarial.

2. ¿Cuáles son las principales características de una empresa social?
  • Las personas y el objeto social son más importantes que el capital.

  • Se organiza con vocación de gestión participativa y democrática.

  • Defiende y aplica los principios de solidaridad y responsabilidad.

  • Autonomía de gestión e independencia respecto de los poderes públicos.

  • Aplica la mayor parte de los excedentes a la consecución de objetivos a favor del interés general, de los servicios a los miembros y el desarrollo sostenible.

  • Genera empleo de calidad.

  • Desempeña un papel importante en el desarrollo local y la cohesión social.

  • El logro de los objetivos sociales y la rentabilidad o sostenibilidad económica tienen el mismo peso en la estrategia empresarial.

3. ¿Qué forma legal debe tener una empresa social?

No hay una única forma legal compartida por todas las empresas sociales. Una empresa social puede haber sido constituida como cooperativa, como sociedad limitada o cualquier otra. Pero lo que no puede ser una empresa social es una asociación, fundación o cualquier otra forma de entidad no lucrativa perteneciente al tercer sector. La empresa social se caracteriza por perseguir el lucro en el desarrollo de su objeto social.

4. ¿Hay entidades de apoyo al emprendimiento social?

La actividad en torno al emprendimiento social no deja de crecer en los últimos años y son numerosas las iniciativas que tienen en esta forma de hacer negocios su principal objeto. Por ejemplo, tenemos Bcorp, que es una certificación de empresas sociales que no se enfoca en el producto sino en la propia organización. Hay varias redes de emprendedores sociales, pero destacaremos la más grande: Ashoka. Existen diversas entidades que se dedican a la inversión en modelos de negocio sociales, como la Fundación Skoll, la incubadora Socialnest y aceleradoras como la británica UnLtd -presente en España- que ofrece formación y asesoría.

5. ¿Podemos dar algunos ejemplos de empresas sociales?

Hay más dos millones de empresas sociales en Europa, así que tenemos ejemplos para elegir, pero aquí hemos seleccionado las siguientes. Better World Books, que se dedican a la recogida de libros donados por particulares e instituciones para venderlos después. Una parte de ellos están destinados a programas de alfabetización de diversas ONGs y aquellos que no se venden ni se donan se reciclan. Alter Eco es una de las distribuidoras y comercializadores líder en productos procedentes de comercio justo. Teixidors, que se enfoca en la integración social y la independencia económica de personas con dificultades de aprendizaje a través de la producción y venta de distintos productos elaborados con telares manuales. Y no podemos dejar de mencionar la conocida La Fageda, que se dedica desde hace casi veinte años a la explotación ganadera, la elaboración de postres, el mantenimiento de zonas urbanas y la artesanía y cuyos empleados son personas con enfermedades psíquicas.

6. ¿Por qué ahora se habla tanto de empresas sociales?

En 1962 Milton Friendman propugnaba falazmente en su obra Capitalismo y libertad “que obtener beneficios es la esencia de la democracia”. Desde entonces la forma de entender las actividades económicas ha estado durante mucho tiempo –y sigue estando- basada en unos valores en los que no tienen cabida la ética, el compromiso social o el desarrollo sostenible de la sociedad con su entorno.

Pero con la actual coyuntura económica y política es natural que cada vez más haya quienes se niegan a poner el valor económico por encima de cualquier otro valor social, humano o medioambiental. De esta forma, las empresas sociales se convierten en un agente de cambio fundamental que van más allá de RSC o RSE. En la empresa social no se busca mejorar la reputación o atenuar los efectos de malas prácticas: el cambio social es más que un objetivo, es un compromiso.

7. ¿Y qué pasa con el impacto social en la comunicación?

Un nuevo modelo de empresa requiere también una nueva forma de comunicar. No es lo mismo realizar una campaña para una multinacional que ha aparecido en los telediarios varias veces acusada de tener talleres con mano de obra infantil que trabajar con una empresa que forma y emplea a personas con autismo. En el segundo caso hay que ser capaz de poner en valor ese compromiso social y hablar su mismo lenguaje. Y no son pocas las agencias que han incorporado ese enfoque social a sus modelos de negocio, como por ejemplo 1000friends en España, Latimer en Gran Bretaña y Pyramid Communications, GoodMustGrow, JBMediaGroup o RoundPeg en Estados Unidos.



Artículo publicado originalmente en marzo de 2016 en el blog de A las 6 en la playa.

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